La ansiedad es una emoción que muchas veces llega con sensaciones físicas, como presión en el pecho, dificultad para respirar o un aumento en el ritmo cardíaco. Puede surgir cuando sentimos que algo amenaza nuestro bienestar. La ansiedad es una parte natural de la experiencia humana que tiene un propósito evolutivo y adaptativo. Sin embargo, en ciertos momentos vitales la frecuencia de la ansiedad, qué la está provocando y como la manejamos podría estar limitándonos. Por ello, en el trabajo terapéutico, es importante aprender a reconocer los pensamientos y sensaciones que trae la ansiedad consigo, identificar las situaciones que la desencadenan, y descubrir diferentes formas de gestionarla.  

El entramiento en la aceptación y en estar más presentes y conscientes de nuestras experiencias sin dejarnos llevas por los pensamientos o preocupaciones sobre el futuro ayuda a no quedarnos tan atrapados en la anticipación de lo que podría salir mal y seguir comprometidos que la vida que deseamos.